Cultura.

Publicado: 20/11/2012 en Cultura, Entrada Principal.

 

FUERTE DE SAN DIEGO

En 1615, los conquistadores alarmados por los ataques de los piratas, ordenaron la construcción de un fuerte, el de San Diego, Adrián Boot, quien había intervenido en la edificación del Fuerte de San Juan de Ulúa, en Veracruz, hizo el proyecto y llevó a cabo la edificación. A los seis meses, se habían terminado Los Caballeros del Rey, El Príncipe y El Duque, correspondientes a la banda de tierra y sus lienzos. Estaban en construcción Los Caballeros de Guadalcázar, El Marqués y los terraplenes, cuando un terremoto afectó la obra. Se hicieron las reparaciones, la portada y el puente levadizo, así, dos años más tarde el fuerte quedó concluido. Se realizaron pruebas de artillería en las que las balas llegaban hasta la punta del grifo, cerrando con ellas el acceso a la bahía, contaba también con cuarteles, una casa para el castellano, la del condestable y una sala de armas. En 1776, el fuerte de San Diego fue remozado por el ingeniero Miguel de Constanzo, dejando una explanada pentagonal con cinco baluartes. Para 1783, la obra estaba concluida, tenía cabida para dos mil hombres con víveres y agua potable para todo el año. Más tarde fue conventohospital y cárcel.

Fue hasta la Guerra de Independencia cuando don José María Morelos y Pavón y su ejército realmente pusieron a prueba la eficacia defensiva del fuerte, al intentar tomarlo, sin que lo consiguieran, en febrero de 1811. Dos años más tarde, luego de una brillante campaña militar que dio a los insurgentes el control de casi todo el sur del país, emprendieron un nuevo ataque al puerto y su castillo; las acciones comenzaron el 6 de abril de 1813 y concluyeron el 20 de agosto del mismo año, al entregar la plaza el coronel realista Pedro Vélez, previa obtención de condiciones tan honrosas que llevarían al Siervo de la Nación a brindar por una España hermana, pero no dominadora de América.

La existencia y operación del Fuerte de San Diego ha sido relevante para la historia nacional. No sólo sirvió para proteger a la población que vivía en el puerto y a la que año con año –generalmente entre diciembre y febrero– llegaba a la “feria más importante del mundo”, según la expresión de Humboldt, sino que fue puente para la comunicación y el intercambio comercial entre la Nueva España y otros países de América y de Europa con el lejano oriente.

San Diego es una fortaleza majestuosa que sirve de marco a la bahía de Acapulco.

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